Nuestra educación escolapia busca desarrollar todas las capacidades de cada alumno, de cada persona. Entre ellas destaca la capacidad de descubrir su lugar en el mundo, el sueño que Dios tiene para él, la vocación a la que es llamado. Esto lo llamamos cultura vocacional, el ambiente que propicia que cada cual escuche la voz interior, la llamada de los más necesitados, la palabra que personalmente Dios le dirige.
Todo esto conviene hacerlo en procesos que acompañen el crecer de cada uno, interviniendo en los distintos ámbitos en que se mueve (familia, escuela, amigos, tiempo libre, iglesia…).
Especialmente proponemos tres grandes procesos escolapios: el de la educación formal, el Movimiento Calasanz y la pastoral vocacional. Aquí encontramos unas cuantas pistas y muchos materiales