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«La familia religiosa escolapia, con actitud humildemente agradecida, se reconoce como obra de Dios y del afortunado atrevimiento y tesonera paciencia de San José de Calasanz», así comienzan las Constituciones que nos definen a los escolapios: agradecimiento a Dios y a la valentía y paciencia de Calasanz.

Cuando estamos ya en la Semana de Calasanz (el 25 celebraremos su solemnidad) es bueno recordarnos estos dos aspectos: atrevimiento y paciencia. Atrevimiento para emprender tareas imposibles y paciencia para sostener con fidelidad el trabajo por esa misión a pesar de las dificultades y de la demora de los resultados palpables.

¿Somos atrevidos y pacientes? ¡Pues hemos de serlo todavía más, mucho más!