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La vida y misión escolapias tienen una gran oportunidad en la Fraternidad, esa asociación de personas y pequeñas comunidades que asumen el carisma escolapio como la propia vocación.

Cuando nos encontramos en tiempos capitulares donde se van definiendo los equipos y proyectos para los cuatro próximos años es momento de reafirmar nuestro caminar conjunto de religiosos y laicos para seguir respondiendo hoy a las llamadas de Dios a las Escuelas Pías a través de tantas necesidades.

Y la gran oportunidad de la Fraternidad es también un desafío. Desafío para los religiosos que han de ser muy conscientes de que la Fraternidad es también rostro de Calasanz y manos y corazón de las Escuelas Pías. Desafío para la Fraternidad que ha de se seguir dando pasos para asumir esta corresponsabilidad de llevar adelante el sueño de Calasanz.