El 25 de marzo, con motivo del día de la Anunciación de María, Calasanz y los primeros escolapios hicieron su profesión como religiosos dando origen a la Congregación de los Escolapios. El 25 de agosto Calasanz marchaba al cielo para seguir desde allí acompañando a los escolapios, a los educadores, a los niños y jóvenes de todo el mundo.
Por eso, cada día 25, sea del mes que sea, damos gracias a Dios por Calasanz, nos sentimos más unidos la Orden y la Fraternidad, encomendamos al Señor a todos los niños y jóvenes, ponemos en las manos del Espíritu a todos los educadores, invitamos a los jóvenes a pensar su posible vocación como religiosos escolapios y pedimos a Calasanz que nos signa acompañando y bendiciendo.