Merece la pena pensar estas cinco opciones que estamos haciendo en uno u otro sentido.
- La encrucijada de la mirada: mirar con indiferencia o con creciente sensibilidad
“Todo es según el dolor con que se mira” (Mario Benedetti). “No se trata de recoger numerosa información, sino tomar dolorosa conciencia…” (Papa Francisco). “Tu indiferencia te hace cómplice” (Manos Unidas), mientras la sensibilidad nos compromete. ¿Qué camino vamos a tomar en nuestra mirada?
- La encrucijada del individualismo o el camino conjunto
El virus nos ha mostrado que somos interdependientes, que puede llegar a todos, que hemos de colaborar todos para vencerlo. Y vemos que el comportamiento de un pequeño grupo tiene repercusión para todos. Por separado no hay solución. No cabe desentenderse. Pero lo comunitario supone disciplina, responsabilidad, un elevado coste. ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio o queremos ofertas, rebajas y oportunidades?
- La encrucijada de la economía: “No dejar a nadie atrás” o “sálvese quien pueda”
Vivimos una cultura del descarte, que prescinde de muchos y donde algunos se aprovechan, como podemos ver que pasó en la crisis de 2008. ¿Vamos a compartir todos esta crisis o no? No solo es cuestión de buena voluntad, es necesaria la intervención de los poderes públicos. Pero no basta eso sin la iniciativa de los individuos y grupos sociales.
- La encrucijada del estilo de vida
¿Nuestro estilo de vida es sano, tolerable para el planeta y para la sociedad? Queremos volver a lo de siempre o ir hacia una nueva normalidad? ¿Cuánto es suficiente? Querer ir más allá de los suficiente es dejar a otros sin lo básico e ir contra la naturaleza. Nos referimos a lo material, no a lo cultural donde se puede avanzar siempre… “Para quien lo suficiente es poco, nada es suficiente” (Epicuro)
- La encrucijada de la solidaridad entre el prójimo cercano y el lejano
Lo malo es quedarse solo con una de ellas. No basta ayudar al lejano y ser un desastre para el cercano. Pero hay que acabar con el “nosotros primero”. Hemos de ser ciudadanos del mundo, no olvidar a quien más sufre y menos recursos tienen: basta ver la diferencia de gasto sanitario por países: de 10.500 dólares por persona y año en USA a 42 en Chad. El virus será el mismo, pero son necesarios lazos de solidaridad universal.
Son pistas que nos ofrece Pedro José Gómez Serrano y que aquí hemos resumido mucho. Lo podemos ver completo en https://youtu.be/LKgw9vJ2yNc