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No hay mayor tesoro en la vida que el de descubrir el lugar de uno mismo en el mundo, el papel donde vas a ser más útil a las personas que te rodean y al mundo entero, el camino vas a encontrar la felicidad haciendo felices a los que tienes al lado, el despliegue de todas tus capacidades y el desarrollo de tus anhelos más profundos… y todo eso se llama vocación, aquello que el Señor ha pensado para ti y para toda tu vida.

Busquemos el mayor tesoro: la propia vocación.