Este domingo, 25 de abril, es un día especial para la vocación sacerdotal: para la Iglesia porque hacemos presente a Jesús, el Buen Pastoral; para los escolapios porque es un día de recordar el paso de Calasanz para consagrar la vida a ser pastor junto con otros pastores.
Por eso, ha de ser un día de oración por los actuales pastores y por los que necesitamos para el futuro, un día de crecer en cercanía a los pastores de nuestro entorno, un día para animar a las personas más adecuadas para que sean pastores, un día para tomar conciencia del papel que juegan, un día para sentir que Jesús se hace presente y vivo en ellos…