Hay muchos caminos para construir una tierra más justa, pacífica y humana… y ahí tenemos que destacar el papel del educador que proporciona herramientas para la vida en la infancia y juventud, el de los religiosos que centran su vida en el Evangelio de la fraternidad y el servicios, el de los sacerdotes que hacen presente a Jesús en el mundo para dar fuerza en construir el Reino de Dios, el de aquellas personas que se acercan a los más necesitados para compartir con ellas la vida y la esperanza.
Estos cuatro elementos los vivimos los religiosos escolapios en nuestra vida y en nuestras comunidades, intentando seguir al Buen Pastor y convertirnos en buenos pastores de quien nos necesita.