Uno de los núcleos centrales del próximo Capítulo es reflexionar sobre el escolapio que necesitamos. Una humilde aportación puede ser la sitguiente: necesitamos escolapios que…
- Tengan una cercana y sostenida relación con Jesucristo, que ha partido de la experiencia del encuentro personal y que sigue viva en la oración, los sacramentos, los momentos cuidados de mayor intensidad…
- Sean pobres, no porque pasen necesidad (ojalá nadie pasara por ello) sino porque lo comparten todo, porque cada vez tienen menos necesidad de cosas.
- Sean castos, con su afectividad centrada en Jesús, en la comunidad, en la misión, en los pobres.
- Sean obedientes, con la humildad suficiente para saber que solos no pueden descubrir la voluntad del Señor y necesitan de la mediación de la comunidad y del Superior para ello.
- Vivan la fraternidad, descubriendo a cada miembro de la comunidad como el regalo de un hermano, a veces cercano y querido, a veces necesitado de mi ayuda… y siempre hermano. Vivir la comunidad también desde la historia, desde los escolapios que han hecho posible esta Orden.
- Vivan centrados en la misión que les haya sido encomendada, con espíritu de servicio, de formación permanente, de dedicación plena.
- En constante formación permanente, sabiendo que siempre pueden mejorar y que siempre está la tentación de pensar que ya no se necesita más preparación ni cambio.
- En actitud de convocar, porque se ha descubierto el tesoro de la vida y no se puede guardar… y por ello se invita a otros a ser religioso, a ser de la Fraternidad, a colaborar en la misión, a participar en las obras…
- Con talante de aceptación de los reveses de la vida, de las dificultades de cada día, de las limitaciones propias…
- Compartiendo con el laicado la vida, la espiritualidad, la misión, el carisma… especialmente con la Fraternidad que es el gran regalo del Espíritu en estos tiempos y también con todas las personas próximas que lo desean.
Ese podría ser un buen decálogo para ser felices, para responder hoy al Espíritu y a la misión encomendada.