La meta de la vida es responder a la llamada del Señor a vivir plenamente, dando vida a nuestro alrededor. Para ello contamos con muchas ayudas, especialmente el encuentro con Jesús vivo, las llamadas de los que nos necesitan y la comunidad.
Pero no se trata solo de encontrar la propia vocación, sino también ayudar a que los demás la descubran. Por eso este objetivo es la finalidad fundamental de toda educación, toda catequesis, toda comunidad…