Si bien muchas escuelas han reabierto sus puertas, la crisis educativa no ha terminado para los más de 170 millones de estudiantes que vivieron uno de los cierres de escuelas más prolongados del mundo.
En la actualidad, casi todos los estudiantes de América Latina y el Caribe han retrocedido en su aprendizaje, lo que supone una pérdida de más de una década en los logros alcanzados por la región en materia de educación. Pero no todos los niños se han visto afectados de la misma manera: los más jóvenes y los más pobres han sido los más perjudicados.
Si no se abordan, las pérdidas colectivas de aprendizaje perjudicarán a América Latina y el Caribe durante décadas, exacerbando las desigualdades y poniendo en peligro el crecimiento económico.
Los graves impactos educativos derivados de la COVID-19 demandan acciones urgentes, coordinadas y a escala para rescatar el presente y el futuro de las niñas, niños y jóvenes de la región:
- Colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública como factor clave para la recuperación social y económica tras la pandemia
- Reintegrar a todos los niños y niñas que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella
- Recuperar el aprendizaje y asegurar el bienestar socioemocional de los niños y niñas
- Valorar, apoyar y formar a las y los docentes
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