Es fácil identificar a los sacerdotes y religiosos como escolapios: son quienes han dado y siguen dando continuidad a las Escuelas Pías en todo el mundo. Y son muy necesarios para que el carisma escolapio siga vivo.
Además de ellos, tenemos religiosos escolapios que no son sacerdotes (quienes están en formación, algunos hermanos o clérigos no ordenados), escolapios laicos que forman parte de la Fraternidad y están integrados en la Orden, los miembros de a Fraternidad que comparten el carisma, las personas que forman parte de los equipos de misión compartida, los miles de colaboradores en la obra escolapia y los cientos de miles que participan de la acción educativa evangelizadora y social de las Escuelas Pías.
Es maravilloso contar con esta diversidad y vivirla como complementariedad que enriquece a todos y multiplica la misión. Un ejemplo de ello pueden ser los ministerios escolapios encomendados a laicos (más de 60), las encomiendas a personas concretas para asumir responsabilidades, quienes forman parte de comunidades conjuntas…