El Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 2158-2159) señala lo siguiente: “El nombre de toda persona es sagrado. El nombre es la imagen de la persona. Exige respeto en señal de la dignidad del que lo lleva… El nombre recibido es un nombre de eternidad. En el reino de Dios, el carácter misterioso y único de cada persona marcada con el nombre de Dios brillará a plena luz”.
Nos alegramos hoy por el nombre de María, por su identidad, su vida, su ejemplo…