Uno de los cuatro núcleos del Capítulo General es avanzar hacia el religioso escolapio que necesitamos, que se concreta en una mayor trabajo de convocar y formar nuevos religiosos, así como seguir trabajando la formación permanente de todos.
Sin duda es un gran desafío, porque el religioso escolapio de hoy y de mañana es bastante diferente del de ayer. Algunas pistas que pueden ayudarnos en estas reflexión y acción podrían ser:
- vivir con intensidad y espritualidad las dimensiones de siempre: ser religiosos, sacerdotes (respetando a quienes no den este paso), educadores y transformadores desde los más necesitados.
- ser más pastores, cercanos a los niños y jóvenes y pobres, ser más místicos, ser más atrevidos…
- trabajar y vivir más de cerca de la Fraternidad y de los colaboradores laicos, para enriquecer esta doble vocación y complementarnos en las labores de la misión (también de la vida y espiritualidad).
- formarnos más y más, en la teoría y sobre todo con las experiencias de vida, de trabajo en equipo, de oración, de disponibilidad, de visión global saliendo de nuestro siempre pequeño mundo.
- … hay muchas más pistas, pero puede valer como apunte ahora.