El Papa nos propone seguir a Jesús a un lugar apartado para estar con Él, sabiendo que supone esfuerzo y hacerlo juntos, para transfigurarnos cada uno y la propia Iglesia.
Para ello es necesaria la escucha de la Palabra y de la comunidad y afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones, como podemos ver en el artículo que aquí tenemos.