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Hace ya unos cuantos años que hablamos de la Fraternidad como nuevo sujeto escolapio que, junto con la Orden (el sujeto escolapio «de siempre»), va configurando una nueva realidad de Escuelas Pías hoy y en el futuro.

Esta afirmación tan atrevida y profunda tiene mucho que ver con la sinodalidad tan presente en nuestra Iglesia actual. Y con la participación, que es la forma escolapia de concretar la sinodalidad.

Ya el documento de Aparecida, en el año 2006, marcaba la necesidad de «favorecer la formación de un laicado capaz de actuar como verdadero sujeto eclesial y competente interlocutor entre la Iglesia y la sociedad» y diez años antes en Vita Consecrata se decía que «no pocos Institutos han llegado a la convicción de que su carisma puede ser compartido con los laicos».

Hemos dado pasos y sigue siendo importante desafío crecer en este sentido con la Fraternidad, con Itaka – Escolapios como instrumento para avanzar en  voz compartida y corresponsabilidad en los dos grandes sujetos de las Escuelas Pías.