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Zenit recoge la homilía del Papa Francisco en la misa crismal del Jueves Santo en la Basílica de San Pedro: es una meditación que todo sacerdote (y todo cristiano) puede aprovechar para crecer en el seguimiento de Jesús:

«Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él» (Lc 4,20). Llama la atención este pasaje del Evangelio, pues nos lleva a visualizar la escena, a imaginar ese momento de silencio en el que todas las miradas estaban concentradas en Jesús, en una mezcla de estupor y desconfianza. Sabemos sin embargo cómo terminaría: después de que Jesús hubo desenmascarado las falsas expectativas de sus compaisanos, estos «se enfurecieron» (Lc 4,28), salieron y lo echaron fuera de la ciudad. Sus ojos habían estado fijos en Jesús, pero sus corazones no estaban dispuestos a cambiar a causa de su palabra. De ese modo, perdieron la oportunidad de sus vidas…»

Fuente y texto completo en https://n9.cl/ohmm9