Hay una buena costumbre entre los escolapios: rezar por los demás, por los religiosos de todos los países, por cada una de las comunidades y casas, por todos los que forman parte del mundo escolapio y, por supuesto, por todos los niños, niñas, adolescentes, jòvenes, familias cercanas… rezar los unos por los otros.
Para ello, cada año se publica un pequeño libro, recordando los acontecimientos históricos de cada día y citando el nombre de cada religioso, cada escolapio laico y cada comunidad. Y la costumbre es que, en la oración comunitaria (y en la personal) pongamos ante el Señor a esas personas y presencias escolapias.