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“El Señor todopoderoso preparará en este monte, para todos los pueblos, un banquete de exquisitos alimentos, un banquete de buenos vinos, sabrosos alimentos, vinos deliciosos. Y en este monte destruirá el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo que tapa a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre y secará las lágrimas de todos los rostros” (Is 25, 6-8).

Cuando contemplamos la compleja realidad de nuestro mundo, nos cuesta comprender lo que significa la esperanza. Pero textos como el de Isaías, que leemos en Adviento como preparación para la Navidad, nos ayudan a comprender lo que esperamos. Esta es la clave de la esperanza cristiana, que no depende de que las cosas vayan bien o mal, sino de la promesa de Dios. La esperanza no es lo mismo que el optimismo. Éste es simplemente un estado de ánimo. La esperanza es una virtud teologal, que nos es dada por Dios. Por eso no se puede comprender, ni vivir, sin la fe. Por eso, ante la promesa de Dios, el ser humano espera.

Este año celebramos la Navidad en las puertas del Jubileo de la Esperanza. Tenemos por delante un año jubilar en el que somos invitados a renovar nuestra fe y nuestra vocación. Como Congregación General, deseamos invitaros a vivir esta Navidad y este Año Jubilar con la alegría profunda de quien sabe que Dios viene a nuestro encuentro, comparte nuestra condición humana y hace realidad todas sus promesas de vida y de salvación.

Como escolapios, estamos convencidos de que sólo las personas e instituciones llenas de esperanza en la vida, en los jóvenes, en la posibilidad de un mundo nuevo, pueden tomar la audaz decisión de educar. Y esa es la opción que asumió Calasanz y que está en el centro de las Escuelas Pías. Educar es un acto de esperanza.

Os invitamos a renovar nuestro compromiso por construir un mundo mejor, y hacerlo junto con los niños y jóvenes que Dios pone en nuestro camino. Nos sostiene la fe en un niño, pobre y desvalido, que duerme en un pesebre de Belén. Acojámosle y recibámosle como la razón de nuestra vida y de nuestra vocación.

A todos los que formáis parte de las Escuelas Pías os deseamos una muy FELIZ NAVIDAD.

La Congregación General de las Escuelas Pías