Seleccionar página

Celebramos la Pascua del Señor en pleno Jubileo de la Esperanza. Los cristianos somos hombres y mujeres de esperanza. Esperamos porque Cristo nos amó hasta el extremo. Esperamos porque Cristo, el Señor, nos regala permanentemente su presencia en la Eucaristía y nos constituye en comunidad de discípulos y apóstoles. Esperamos porque lava nuestros pies y nos enseña a servir a nuestros hermanos. Esperamos porque suscita y envía, entre nosotros, testigos del Evangelio.

Esperamos porque perdona nuestras traiciones y nuestra falta de oración y compromiso. Esperamos porque asume nuestros dolores y los convierte en vida. Esperamos porque, desde la cruz, nos ofrece su perdón. Esperamos porque en las noches en las que todo parece perdido, su resurrección ilumina nuestras tinieblas. Esperamos porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Esperamos porque Él está vivo y va por delante de nosotros.

Celebramos estos días los misterios que nos dieron nueva Vida. Y lo hacemos con profundo agradecimiento y compromiso renovados. Desde la casa de San Pantaleo, en donde Calasanz engendró las Escuelas Pías, renovamos nuestro deseo de seguir construyendo el proyecto de Calasanz, que es un proyecto de esperanza para tantos niños y tantas niñas, para tantos jóvenes, para tantas familias. Las Escuelas Pías nacen para fortalecer nuestra Esperanza.

Os deseamos todo bien en estos días de Pascua, y que el amor de Jesús, el Señor, os confirme en vuestra vocación.
Recibid un abrazo fraterno.
La Congregación General de las Escuelas Pías