Escolapio por vocación y decisión, hizo de su vida un camino de encuentro con Dios y con los prójimos a los que trató siempre de ayudar y consolar: en el aula con los alumnos, en la atención sacramental en las iglesias de la Orden y en la predicación.
Acompañante del proceso espiritual de tantos religiosos y laicos, San Pompilio María destaca por una guía cercana impregnada de misericordia y bondad. En una época marcada por el rigor y las normas, apuesta por la compasión amable capaz de acercar a todos al amor de Dios.
Su intercesión es hoy esencial en las Escuelas Pías, en la Iglesia y en el mundo, necesitado del bálsamo de la concordia.