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El 16 de julio celebramos con alegría los 75 años de presencia de la Orden de Escolapios en Brasil.
En 1950, llegó al país el padre Francisco Orcoyen, de la provincia de Vasconia (actualmente parte de la Provincia de Emaús), trayendo consigo el carisma de San José de Calasanz. Después de desembarcar en Río de Janeiro, se instaló en Belo Horizonte con otros hermanos escolapios. Y allí comenzó un viaje muy exitoso.
La misión de escolapia en tierras brasileñas comenzó con la fundación del Gimnasio de São Miguel (hoy Colégio Escolápio São Miguel), en Belo Horizonte, en 1951. Posteriormente, el Colegio Escolapio Ibituruna fue tomado por los escolapios en 1962 en la ciudad del Gobernador Valadares.
Impulsada por el espíritu del II Concilio Vaticano, la presencia escolapia se consolidaba mediante la evangelización y el trabajo pastoral, con la creación de parroquias y proyectos sociales. La primera parroquia tomada fue Nuestra Señora de las Gracias, en el gobernador Valadares, en 1973. Actualmente, los escolapios también están presentes en la Parroquia San Vicente de Paul – Araguaína (TO), Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe – Aracaju (SE), Parroquia San José de Calasanz – Serra (ES) y la Parroquia de San Marcos – Belo Horizonte (MG).
Notable es la labor de los Centros Sociales Itaka-Escolapios, presentes en Belo Horizonte, Governador Valadares, Serra y Aracaju, quienes continúan promoviendo oportunidades y dignidad para niños, adolescentes y jóvenes en situación socialmente vulnerable mediante la educación, la evangelización, la alimentación y la cultura. También lleva adelante un hogar y muchas acciones de sensibilización, voluntariado, Movimiento Calasanz…
Tenemos que destacar también la Fraternidad escolapia, que comparte el carisma y colabora en la misión escolapia.
Con gratitud y esperanza, seguimos firmes en la misión de educar, evangelizar y transformar, a la luz del carisma Calasancio.