Seleccionar página

Aunque estas críticas al mapa de Mercator no son nuevas, la campaña ha reavivado el debate en un momento de ruptura poscolonial y de reafirmación de la identidad africana.
La persistencia de estas distorsiones tiene que ver con el hecho de que, “una vez que una visión del mundo se arraiga, se vuelve muy cómoda”. Sin embargo, “los mapas no son dibujos inocentes”, sino que moldean cómo nos vemos a nosotros mismos y a los demás: “Si África aparece más pequeña de lo que es [en relación con los otros continentes], también lo hace su peso en la imaginación de los ciudadanos y los responsables de la toma de decisiones. Corregir el mapa no es vanidad: es reclamar la realidad”.

Fuente y artículo completo en el periódico El País, en https://lc.cx/kIwuKN