La sinodalidad es un importante acento de nuestra Iglesia en estos tiempos… y siempre.
El Papa Francisco dio um importante impulso a esta dimensión, sobre todo, con la puesta en marcha del Sínodo sobre la Sinodalidad, que todavía está en momento de despliegue en todos los niveles de la Iglesia ahora con el impulso del Papa León.
Se trata de caminar juntos, de escucharnos unos a otros, de buscar la comunión desde la fraternidad y el diálogo, de ponernos en clave de discernir juntos lo que el Espíritu está pidiendo hoy a la Iglesia.
La participación en las Escuelas Pías, con sus cuatro grandes modalidades (cooperación, equipos de misión compartida, integración con la Fraternidad y también integración jurídica con los escolapios laicos y la Red Itaka – Escolapios) o seis (si le añadimos la vida religiosa y la participación), puede ser una concreción muy práctica y dinamizadora de la sinodalidad, porque pone de manifiesto que el carisma escolapio alcanza de diferentes y complementarias formas a muchas personas, religiosas y laicas, niños y adultos… y con todo ello se hace posible unas Escuelas Pías más fuertes, más sensibles, más sinodales.
