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A los santos de la Orden: san José de Calasanz, san Pompilio María y san Faustino Míguez se unen los beatos Pedro Casani, Dionisio Pamplona y compañeros mártires. Además, celebramos y recordamos en una misma celebración a los santos y beatos de la Familia Calasancia: santa Paula Montal, y los beatos Antonio María Schwartz, Celestina Donati, María Baldillou y compañeras, Victoria Valverde y Joan Roig.

Con todos ellos recordamos también hoy a los santos y beatos vinculados a la Orden como antiguos alumnos, frutos de santidad de las Escuelas Pías: Santos Vicente María Strambi, Juan Nepomuceno Neumann, Antonio María Gianelli, obispos. Beato Pio IX, papa; beato Szilárd Bogdanffy, obispo y mártir.  Santos Vicente Pallotti, Leonardo Murialdo, Stanislao Papczynki, Josemaría Escrivá de Balaguer, Gaspar del Búfalo, José Manyanet y beato Pere Tarrés, presbíteros. San Carmelo Bolta, presbítero y mártir. San Bartolomé Longo, laico. Beato Manuel Martín Sierra, presbítero y mártir; beatos Luis Urbano Lanaspa, Joaquín Prats Valtueña y Vicente Vilar David, mártires y el beato Manuel Lozano Garrido, laico.

Así mismo, la celebración de esta memoria obligatoria desea recordar a muchos otros “santos de la puerta de al lado” (GE, 7) que han iluminado con su vida y testimonio la dedicación a la tarea educativa en Piedad y Letras: escolapios que con su entrega han recorrido un fecundo camino de santidad en nuestra Orden, reconocida oficialmente, en proceso de canonización, o en lo oculto y silencioso de sus existencias consagradas al Señor desde el carisma calasancio.

Recordar a todos los santos de las Escuelas Pías estimula la entrega cotidiana, callada y anónima de tantos educadores, religiosos y laicos al servicio de la promoción y formación de los niños y jóvenes. Así, cada 18 de noviembre celebramos el don de la santidad con que Dios ha fortalecido el fecundo árbol calasancio, recordándonos que “los que educaron a muchos en la justicia, brillan como estrellas por toda la eternidad” (Dn 12,3).