Carta para la Fiesta del Patrocinio de San José Calasanz
Al conjunto de las Escuelas Pías
Queridos hermanos y hermanas,
Celebramos con alegría la Fiesta del Patrocinio de San José Calasanz, día profundamente unido a la misión escolapia, porque recuerda no solo la santidad de nuestro Santo Padre, sino la huella que su carisma dejó en la sociedad como dedicación educativa y evangelizadora al servicio de los pequeños.
Este año, nuestra fiesta está especialmente iluminada por un motivo de gratitud: la significativa referencia a Calasanz en la primera exhortación apostólica del Papa León XIV, Dilexi Te. Estas palabras, que el Santo Padre dirige a toda la Iglesia, tienen un eco particular en nuestro corazón:
En el siglo XVI, san José de Calasanz, impresionado por la falta de instrucción y formación de los jóvenes pobres de la ciudad de Roma, en unas salas anejas a la iglesia de Santa Dorotea en el Trastevere, creó la primera escuela pública popular gratuita de Europa… podemos considerar a este valiente sacerdote como “el verdadero fundador de la escuela católica moderna, que busca la formación integral del hombre y está abierta a todos”.[1]
Unos pocos días más tarde, a propósito del LX aniversario de la Gravissimum Educationis, añadía:
En la Roma del siglo XVII, san José de Calasanz abrió escuelas gratuitas para los pobres, intuyendo que la alfabetización y el cálculo son dignidad antes que competencia.[2]
Que la primera exhortación de un Papa lleve como tema central la pobreza, tan íntimamente vinculada a nuestra identidad escolapia, y mencione explícitamente a Calasanz, no es para nosotros un motivo de prestigio, sino una reafirmación a la verdad de nuestra vocación. Nos recuerda nacimos como respuesta educativa y evangélica a la pobreza real de los niños, y nos confirma que la misión escolapia sigue siendo necesaria, fecunda y actual.
El patrocinio es también fiesta de comunión. Este año agradecemos los pasos que la Orden está dando para crecer en fraternidad: la creación de nuevas redes, los proyectos compartidos, las jornadas celebradas en las cuatro Circunscripciones y tantos espacios de colaboración que se abren entre escolapios, instituciones y Demarcaciones.
Celebramos especialmente la creación hace un par de días de la Red Global de Alumni y, precisamente hoy, el nacimiento de la Red de Educación No Formal y Acción Social, que expresa la vitalidad misionera de nuestras presencias. Como cada año, recordamos que esta fiesta es también la celebración de la Familia Calasancia, las siete congregaciones[3] que comparten la inspiración de nuestro fundador. Damos gracias por esta riqueza que multiplica el proyecto de Calasanz en tantas formas de vida consagrada y apostólica.
La Educación No Formal y la Acción Social es, desde hace años, una plataforma muy querida por los escolapios. En ellas nuestra capacidad educativa, pastoral y transformadora llega con creatividad y mayor adaptabilidad a las necesidades de niños, niñas, jóvenes y familias en situación de vulnerabilidad; y se convierte en un espacio donde el Evangelio se encarna de manera directa, concreta y eficaz. La nueva red que hoy presentamos quiere visibilizar, articular y fortalecerel inmenso trabajo escolapio en los cuatro continentes.
En este contexto, queremos felicitar a Itaka Escolapios, que celebra sus 25 años de vida. Su labor, auténticamente escolapia, compartida con la Fraternidad, destaca por su rigor, creatividad y capacidad real de transformación. Su trabajo, hoy extendido a múltiples países, es un motivo de orgullo y una expresión madura del carisma.
Mi gratitud se extiende también a todas las instituciones, fundaciones o asociaciones de nuestras Demarcaciones, grandes o pequeñas, conocidas o discretas, que trabajan con pasión y entrega en esta misión; y a cada una de las personas que hacen posible estas obras, educadores, animadores, trabajadores sociales, profesionales, personas voluntarias, colaboradores financieros, familias, comunidades religiosas, y Provincias enteras que las sostienen y animan. Muchísimas gracias.
En esta semana tan especial en la que muchas de nuestras escuelas, obras sociales y presencias celebran la fiesta de San Calasanz, quiero dirigir una felicitación cálida y agradecida a todos los alumnos y alumnas, que son siempre el centro de nuestra misión, y a todos los educadores y educadoras que en todas nuestras obras celebran estos días la alegría de pertenecer a una misión que siembra esperanza y construye comunidad.
A todos, mi abrazo fraterno y mi oración agradecida. ¡Feliz Fiesta!
¡Que San José de Calasanz nos acompañe y nos anime!
Congregación General de las Escuelas Pías
