El 17 de diciembre de 2025 concluyó en Roma el Curso de Formadores Escolapios, un itinerario intensivo de formación al servicio de la renovación de la formación inicial en la Orden de las Escuelas Pías. El curso reunió a once formadores provenientes de diversas demarcaciones de la Orden, que durante tres meses compartieron un camino consistente de estudio, reflexión, oración y discernimiento comunitario.
Este itinerario formativo fue concebido como un espacio cuidado para volver a las fuentes del carisma, ordenar la misión formativa y fortalecer la identidad y las competencias de quienes acompañan los procesos vocacionales en las casas de formación. No se trató únicamente de un curso académico, sino de una experiencia de comunidad formativa orientada a provocar cambios reales, personales, comunitarios y misioneros para el servicio de la Formación Inicial.
El curso se cerró con un tiempo de evaluación y síntesis de los frutos recogidos, guiado por el Padre General Carles Gil i Saguer, Sch. P., así como, con una relectura agradecida del proceso formativo en la Orden y de sus desafíos tanto a nivel personal como a nivel estructural. Este momento permitió reconocer las claridades alcanzadas, los ámbitos que requieren mayor profundización y los compromisos concretos que los formadores asumen al regresar a sus respectivas demarcaciones.
Entre los elementos esenciales subrayados por los participantes destacan la centralidad de Cristo en la formación, la oración como fuente del ministerio formativo, el acompañamiento personal del formando y del formador, la comunidad como alma de la misión y la sinodalidad como estilo de discernimiento, corresponsabilidad y cuidado de los procesos. Asimismo, se puso de relieve la necesidad de formar hacia la libertad responsable, de respetar los ritmos personales en la formación inicial, de cuidar climas comunitarios sanos y de avanzar en la sistematización y evaluación de los procesos formativos.
El curso ha suscitado también un fuerte deseo de continuidad. Los formadores expresaron la importancia de consolidar equipos formativos, fortalecer la vida espiritual, profundizar en la lectura espiritual de las Constituciones y desarrollar una pedagogía del acompañamiento cada vez más integrada. De modo particular, se subrayó la necesidad de cuidar la formación y acompañamiento del propio formador y de promover estructuras de apoyo que favorezcan la comunión de la Orden y eviten el aislamiento en el ejercicio de este ministerio.
En las sugerencias finales emergió con claridad la llamada a sostener una red de formadores, que permita el intercambio de materiales, el compartir criterios de evaluación y el acompañamiento permanente de quienes ejercen este servicio. La formación de formadores fue reconocida, así, no como un evento puntual, sino como un proceso continuo que requiere espacios estables de encuentro, revisión y aprendizaje compartido.
Este cierre es, ante todo, un tiempo de gratitud. Agradecemos sinceramente a los once participantes del curso por su disponibilidad, su trabajo constante y su implicación generosa: Jaime, Dorgelais, Michel, Baltazar, John Michael, Ferdinand, Grzegorz, Bonefasius, Miguel Ángel, Henri, y Jean, ¡Muchas gracias!
Agradecemos también a los docentes (PP. Carles Gil i Saguer, József Urbán, Félicien Mouendji, Ángel Ayala, Javier Alonso, Juan Carlos Sevillano, Alejandro Vázquez, Mons. Pedro Aguado, Dra. Juliana Sarosi, Dra. María Teresa Compte, y Dr. Jaume Montsalvatge, así como los facilitadores del Curso P. Julio Alberto Álvarez y la comunidad del Calasanctianum, Montemario) y colaboradores que ofrecieron su competencia y testimonio al servicio del proceso formativo. De manera especial, expresamos nuestro agradecimiento al Padre General Carles Gil i Saguer, Sch. P. por su cercanía y orientación, y a los Superiores Mayores de las demarcaciones por la confianza, el tiempo y los esfuerzos invertidos en la formación inicial, convencidos de que en ella se juega el futuro de la misión escolapia.
El Curso Calasancio de Formadores Escolapios 2025 concluye como una experiencia fecunda que no se cierra sobre sí misma, sino que se proyecta hacia adelante. Los formadores regresan a sus realidades locales con una visión renovada de su servicio, con vínculos fortalecidos entre ellos y con el compromiso de seguir caminando juntos en la formación permanente, en red y en fidelidad creativa al carisma de san José de Calasanz, al servicio de los niños y jóvenes, especialmente de los más pobres.
Fuente, información más completa y fotos en https://scolopi.org/cierre-del-curso-de-formadores-escolapios-2025/
