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Es muy interesante conocer algunos teólogos que nos ayudan a crecer en una fe que ayuda a vivir y dar vida. 

En un tiempo marcado por el desencanto religioso, el dogmatismo estéril y la ruptura entre fe y experiencia, la teología de Andrés Torres Queiruga se alza como una de las propuestas más lúcidas, valientes y evangélicas del pensamiento cristiano contemporáneo. Su mérito no consiste en suavizar el cristianismo ni en diluirlo en vaguedades espirituales, sino en rescatar su núcleo más radical: la experiencia viva de un Dios que es amor incondicional y que se comunica permanentemente con toda la humanidad.
Frente a una concepción infantil de la revelación —esa imagen de un Dios que “dicta” verdades desde el cielo a unos pocos elegidos—, Queiruga ofrece una visión intelectualmente honesta y teológicamente profunda. Si la Biblia contiene errores científicos, relatos tomados de otras culturas y textos donde se justifica la violencia, no es porque Dios falle, sino porque la revelación no anula la condición humana. La Escritura es palabra de Dios en palabras humanas, atravesada por la historia, la cultura y los límites de quienes la escribieron. Lejos de escandalizar, esta afirmación libera la fe de contradicciones insostenibles y la hace creíble para la conciencia moderna.

Fuente y documento completo en Religión Digital: https://short.do/kIFUxx