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Muchas personas pasan por la vida sin dejar apenas huella, mientras otros hacen que la humanidad siga mejorando: descubridores, inventores, quienes ayudan a los demás…

Calasanz fue de los imprescindibles, de los que aportan algo maravilloso: el valor de la educación, de cada niño, de cada persona; la importancia de la educación para todos como camino para la felicidad personal y la construcción de una sociedad mejor.

Hoy también nosotros somos invitados a ser «imprescindibles», a colaborar en una humanidad mejor siguiendo las huellas de Calasanz, dando respuesta a las necesidades de nuestro entorno, atendiendo a quienes más nos necesitan…

¿Seré de los «prescindibles» o seré «imprescindible»?