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En este día de noche tan santa, ahí va el deseo de «Escolapios 2.1»: que Dios vuelva a nacer en tu corazón, en el de tu familia, en tu comunidad, en tu barrio, en tu localidad… en todo el mundo.

Alabado sea el Señor que nos envía una vez más a su hijo para enseñarnos a descubrirnos hijos de Dios para ser hermanos de todas las personas. Aleluya.