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El sueño de los padres y madres es una familia unidad, fraterna, solidaria… y lo mismo es para el Padre del Cielo que quiere una humanidad que se descubra unida por los mismos genes de Dios, por la misma sangre, por el mismo destino…

Los escolapios, así como los cristianos en sus diversas vocaciones y carismas, descubrimos la importancia de la Fraternidad, en las comunidades religiosas, en ese regalo tan maravilloso de la Fraternidad, en la vivencia comunitaria y solidaria en nuestros centros educativos y eclesiales, en la propuesta de una sociedad que vea en cada persona y, sobre todo en quienes más lo necesitan, a un hermano.