Algunas Fraternidades y Provincias han tomado la atrevida opción de compartir el diezmo (el 10% de los ingresos o alguna cantidad fija al mes) en la Red Itaka – Escolapios para llevar adelante la misión escolapia donde sea necesario.
El valor de compartir una cantidad fija, con ritmo fijo, con la confianza de que será un buen servicio a la misión y al crecimiento de quien comparte… es una atrevida y valiosa opción escolapia.
No se trata de dar de lo que sobra, o de una donación puntual, o de un destino condicionado por la voluntad de quien da… sino de una acción que, además de solidaria, es espiritual.
En algunas iglesias, Brasil es un buen ejemplo de ello, el «dizimista» es quien sustenta la Iglesia y muchas de sus acciones. Y como explicación nos puede valer su oración:
«Recibe, Señor, mi diezmo. No es una limosna, porque Tú no eres mendigo. No es una simple contribución, porque Tú no la necesitas. Esta oferta, Señor, representa mi reconocimiento, mi gratitud y amor por todo lo que has dado, es mi compartir con quien tiene menos y mi esfuerzo para el sustento de la comunidad. Si tengo, es porque Tú me lo diste. Amén».