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Le podemos llamar sinodalidad, participación, crear comunidad con sus ministerios, acabar con el clericalismo, vivir como Pueblo de Dios, fraternidad, vivir centrados en Jesús, colocar la misión y las personas necesitadas en el centro… todo eso es un gran desafío de nuestra Iglesia, de las Escuelas Pías, de cada sacerdote y religioso que olvida que es servidor de la comunidad, de cada persona laica que no asuma su responsabilidad como cristiano…

Sigamos trabajando por una Iglesia comunitaria, en salida, centrada en Jesús y en su presencia entre los más necesitados.