Hay días grises cuando parece que perdemos fuerza, que no hay nada que intereses especialmente… y es entonces cuando tenemos que recordar la importncia del esfuerzo de cada día.
Las grandes caminatas de hacen paso a paso, aprendiendo a valor la importancia de la rutina que nos hace avanzar en la ruta, disfrutando de los pequeños detalles, de la buena compañía, de las necesidades de las personas que rodean, de la presencia del Señor siempre.
Los educadores sabemos bien de la importancia de formar en el esfuerzo, en la constancia, en las metas bien definidas que ayudan a caminar. Los sacerdotes sabemos que seguir a Jesús es dejarse sorprender cada día por la presencia viva del Resucitado y su Espíritu que nos impulsa a seguir. Los religiosos sabemos de la importancia de la comunidad que hay que cuidar cada día, del estar atento a cada hermano, de colocar siempre en el centro a Jesús. Los escolapios sabemos que en el centro está siempre el niño que se admira por todo, el joven que lo quiere todo, el pobre que lo necesita todo… y hemos de responder a cada uno.