El 16 de julio de 1767 el Papa Clemente XIII proclamó Santo a nuestro Fundador.
El proceso en sus inicios no fue fácil, pero con trabajo, insistencia, fe, documentación, pruebas y milagros, José de Calasanz fue elevado a la gloria de los altares. Es una manera solemne en la que la Iglesia reconoce el camino recorrido por un hombre que quiso hacer la voluntad del Padre educando a los niños, especialmente los más pobres, en la piedad y en las letras.
Oremos para que todos los que nos sentimos y somos hijos de Calasanz, sigamos sus huellas y tratemos cada día de vivir en santidad en medio de los niños, niñas y jóvenes que nos son confiados junto con sus familias.
En síntesis, el proceso para llegar a su canonización fue el siguiente:
- 1728 Aprobación de la heroicidad de las virtudes por Benedicto XIII
- 1748 Solemne Beatificación en la Basílica Vaticana por Benedicto XIV
- 1767 Solemne Canonización en la Basílica Vaticana por Clemente XIII