Es bueno recordarnos, especialmente cuando han terminado las fiestas de Calasanz y estamos a la puerta de un nuevo curso, nuestro realidad escolapia que suma miles, decenas de miles de escolapios en el mundo.
Somos unos cientos de religiosos (unos 1.400), casi la tercera parte en etapa de formación… con un papel imprescindible de ser alma, pastores, núcleo de las presencias escolapias…
También somos más de mil hermanos y hermanas en la Fraternidad escolapia, nuevo sujeto escolapio junto con la Orden, que vive el carisma de Calasanz con vocaciones diversas (la mayoría desde el laicado y algunos como religiosos), con profesiones y dedicaciones variadas que complementan muy bien a los religiosos para llevar adelante la vida, espiritualidad y misión de las Escuelas Pías.
También son algo más de mil personas las que participan en los equipos de misión compartida, como educadores en las obras escolapias, como familias colaboradoras con gran implicación…
Son decenas de miles los colabores en la misión escolapia como profesores, voluntarios, socios, bienhechores… en un número difícil de contabilizar pero con una presencia maravillosa e imprecindible.
Y son centenas de miles los participantes en los centros educativos, pastorales y sociales, en el Movimiento Calasanz, en las parroquias escolapias, en los centros de educación no formal…
Somos miles los escolapios y tenemos que dar gracias a Dios por ellos… y a cada uno de ellos por su compromiso y su aportación a l construcción de un mundo mejor para toda la humanidad.