El Capítulo General marcó tres grandes desafíos para los próximos años: actualizar las Escuelas Pías (en interculturalidad e inculturación, sinodalidad, sostenibilidad y participación), avanzar en el escolapio que necesitamos (convocando y formando más) y seguir transformando el mundo con nuestro ministerio insustituible de la educación cristiana tranformadora.
Para ello, hemos de cuidar especialmente la centralidad de Jesús vivo en medio de nosotros y la comunidas que lo hace posible. Así de sencillo y así de atrevido para ser cada dia más fieles a nuestra vocación.