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Celebramos el patrocinio de San José de Calasanz sobre la escuela popular cristiana. Conmemoramos la audacia de su propuesta: una educación de calidad para todos. Nos convocamos a seguir construyendo su sueño, su proyecto, desde las Escuelas Pías. Y lo hacemos con tanta alegría como compromiso, con tanta convicción como agradecimiento. Esta es nuestra celebración de este 27 de noviembre de 2022.

Celebramos a Calasanz en un contexto eclesial y social muy significativo, marcado por el proceso sinodal y la construcción del Pacto Educativo Global, convulsionado por los conflictos armados en tantas partes del mundo y desafiado por el reto de la acogida, de lo intercultural y del anuncio evangélico. En medio de este mundo que nos ha tocado vivir y transformar, reafirmamos nuestra convicción de que sólo la educación lo puede cambiar. Apostamos por educar, convencidos de que nuestra tarea es insustituible: tratamos de preparar a nuestros niños y jóvenes para un mundo que todavía no existe, pero que ellos pueden construir. Esta es nuestra apasionante misión, esta es la misión de Calasanz.

En este contexto, os invitamos a todos a reflexionar sobre las mejores opciones que podemos impulsar, para que nuestra propuesta educativa sea cada vez más calasancia y certera. Trabajemos por una identidad misionera, tan clara como abierta, tan consistente como capaz de acoger y dialogar. Trabajemos por una escuela en salida, capaz, en primer lugar, de salir de sí misma, renunciando a una autorreferencialidad que le impida crecer en inclusión y apertura. Busquemos una escuela capaz de ofrecer el Evangelio a todos, sea cual sea la posición de fe en la que se encuentre, sabiendo que Jesús de Nazaret tiene una palabra para cada uno. Construyamos, día a día, una escuela calasancia.

Nuestra mejor felicitación en esta celebración de San José de Calasanz, buscando hacer realidad la convicción desde la que impulsó las Escuelas Pías: nuestro ministerio es insustituible.

La Congregación General de las Escuelas Pías