Cada Jueves Santo celebramos también el día de los sacerdotes. Y es bueno que nos felicitemos, demos gracias al Señor por habernos elegido, confiamos en Él para que nos mantenga perseverantes y le pidamos que siga llamando a nuevos sacerdotes.
Y, sobre todo, le pedimos que nos haga escolapios santos y que le dejemos siempre obrar a Él.