Varias veces le hemos escuchado al Papa Francisco insistir en la necesidad de ser “Iglesia en salida”. De este modo nos alienta a potenciar nuestra vocación misionera, de cercanía con todas las situaciones humanas, especialmente las de mayor dolor y fragilidad. No es salir para pasear sino para ir al encuentro de quienes están en las periferias geográficas y existenciales, con la Buena Noticia de Jesús.
Una de las imágenes que nos ayudan a comprender a la Iglesia en su ser más profundo es la de “Pueblo de Dios», que a semejanza de Israel en el desierto estaba en marcha hacia la Tierra Prometida. Caminaba con un rumbo, en la presencia permanente de Dios.
Fuente en http://bitly.ws/KIye