Hoy podemos indicar tres grandes desafíos que tiene la Fraternidad de las Escuelas Pías para seguir creciendo y aportando todo lo que corresponde a la vocación recibida:
- Hacerse presente en toda la geografía escolapia, convocando personas dispuestas a discernir esta vocación y/o asumiendo una labor misionera de envío de la Fraternidad donde no está presente.
- Madurar como Fraternidad en cada lugar, asumiendo la adultez de una vocación escolapia particular que sabe que es corresponsable de llevar el carisma y misión de Calasanz junto con la Orden, desplegando su propia identidad y diversidad en su seno.
- Desarrollar, junto con la Orden, una presencia escolapia complementaria que abra nuevas dimensiones a la vida y misión de las Escuelas Pías.
Tres preciosos desafíos para responder a los signos de los tiempos, a la llamada del Señor y a tantas personas que necesitan de los escolapios.