En 1631 Calasanz envió a Moravia a los ocho primeros religiosos escolapios… y, por eso, celebramos, recordamos y oramos por tantos escolapios que están hoy fuera de su tierra para llevar la educación cristiana transformadora a tantos niños, adolescentes y jóvenes que necesitan una sociedad mejor y puedan colaborar con esa misión.