Hay diversas maneras de vivir la vida: sin criterio y a lo loco, dejándose llevar, a la defensiva de los miedos que tiene cada cual, con un proyeto de vida bien pensado, respondiendo al proyecto de Dios para mi vida a través de quienes me necesitan…
No es fácil discernir y acertar en la vida… y, sin embargo, es el desafío más importante porque en ello está el sentido de la vida, la felicidad propia y de quienes están a mi lado, el vivir plenamente…
La propuesta de hoy es vivir la vida como vocación. Tal vez comenzando con un proyecto personal, elaborado desde la reflexión y la escucha de las personas que me rodean. Tal vez como un esfuerzo de oración y disponibilidad para dar lo mejor de mí al mundo que me rodea. Tal vez pidiendo ayuda a las personas en las que confío y en aquellas que están planteándose su propia vocación.