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Una de las grandes maravillas de la educación escolapia es el Movimiento Calasanz: permite aunar diversos ámbitos educativos (familia, escuela, parroquia, tiempo libre…) con un atrayente proceso personal en un grupo de referencia, gracias a la riqueza de experiencias que se ofrecen, el saber acompañarlas con cada persona aprovechando los recursos del grupo y del proceso, desde un marco vocacional de apertura a lo que el Señor pueda pedir a cada uno, trabajando la identidad y la voluntad con fidelidad, marcando pasos en el proceso con signos y sobre todo con compromisos de vida, ampliando el mirar de cada cual para buscar un mundo mejor para toda la humanidad…

Es una maravilla que exige trabajar todas esas claves y más… al mismo tiempo. En eso ayuda mucho que el Movimiento Calasanz esté en la Red internacional Itaka – Escolapios, que sea gran la vinculación con la Fraternidad, con la comunidad religiosa, con el colegio, con todas y cada una de las obras escolapias…