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Un año más, hemos compartido un día de celebración, renovación de promesas y encuentro los escolapios laicos y laicas de Emaús con los religiosos que se animaron a pasar un bonito día en Barria.

La Orden de las Escuelas Pías reconoce la integración carismática y jurídica (escolapio laico/a) como una forma particular de participación en el Carisma escolapio, junto con la de los religiosos escolapios, la Fraternidad, la misión compartida y la colaboración. Se completa la riqueza que el Espíritu ha ido relevando y tejiendo a través del Carisma con la pluralidad de encomiendas ministeriales, comunidades, proyectos y obras que compartimos todas las personas que formamos parte de las Escuelas Pías.

En el encuentro trabajamos también sobre aspectos del informe de síntesis del proceso sinodal que se está llevando a cabo en la Iglesia, conscientes de que la vocación del escolapio laico/a hace una importante aportación para que las Escuelas Pías avancen en su dinámica sinodal, al igual que el resto de mediaciones que se han ido creando desde la «opción institucional irreversible” por el camino conjunto: fundación Itaka-Escolapios, ministerios laicos compartidos, comunidades conjuntas, espacios comunes de misión y gobernanza entre la Orden y la Fraternidad, obras y proyectos en común, enfoque integral de la pastoral vocacional y los procesos del Movimiento Calasanz, paradigma de la presencia y comunidad escolapia (educativa, social y cristiana)…

Damos gracias a Dios, a Calasanz y al Carisma por toda esta sobreabundancia de vida escolapia sinodal que nos une a tantas personas en la lucha por la educación de la infancia y juventud, especialmente más vulnerable, como base para lograr un mundo y una Iglesia mejor. Para mayor gloria de Dios y utilidad del prójimo.