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El desafío del Movimiento Calasanz es conseguir un itinerario en grupo que consiga un proceso personal desde edades tempranas hasta descubir la propia vocación y formar parte de la comunidad donde dicha vocación se vaya desarrollando plenamente.
En palabras más claras: es preciso que el Movimiento Calasanz logre mantener etapas de juventud, donde se van tomando las decisiones de vida (estudios, trabajo, pareja, estado de vida…) hasta incorporarse a la Fraternidad o a la Orden escolapia (es la propuesta escolapia para adultos) o al lugar donde pueda vivir la vocación encontrada. En este aspecto Itaka – Escolapios ofrece posibilidades muy enriquecedoras (formación, voluntariado, acciones sociales, redes, estructura…)
Para ello es fundamental que los educadores del Movimiento trabajen en equipo para dar continuidad y formen parte de etapas avanzadas del Movimiento Calasanz, de la Fraternidad o de la Orden.Este es el gran reto para que el Movimiento Calasanz desarrolle todas sus potencialidades.