Tal vez la palabra profética de este reciente Sínodo es que necesitamos tomar conciencia de que hemos de caminar todos juntos en comunión, todos juntos respetando las diferencias que han de ser riqueza y no división, todos juntos ayudando a que cada cual descubra su vocación y ayude a todos a que así lo hagan, a comprometernos juntos en la misión común de crear una humanidad fraterna para todos, a descubrir que Dios quiere a todos sus hijos e hijas en unión fraterna donde quepamos todos, todos, todos…
Quizá esa plabra profética del Sínodo nos dice a los escolapios que tenemos que ir juntos, bien juntos, en la tarea de anunciar que el Dios de Jesús es Buena Noticia para todos, educar para transformar nuestra sociedad para que quepamos todos, vivir en profunda comunidad escolapia y en comunión con la Iglesia para que nadie quede fuera…