El 6 de junio el Papa León XIV recibió en audiencia a los liderazgos de los diferentes movimientos y realidades eclesiales llegados a Roma en ocasión del Jubileo destinado a ellos. Presentamos ahora un resumen de los aspectos que pueden ser más dirigidos a nuestra realidad escolapia.
Ustedes representan a miles de personas que viven su experiencia de fe y su apostolado en asociaciones, movimientos y comunidades. Por lo tanto, quisiera, ante todo, agradecerles el servicio de guía y animación que realizan. Apoyar y animar a los hermanos en el camino cristiano implica responsabilidad, compromiso y, a menudo, también dificultades e incomprensiones, pero es una tarea indispensable y muy valiosa. La Iglesia les agradece todo el bien que realizan.
Los grupos a los que pertenecen son muy diferentes entre sí, por naturaleza e historia, y todos son importantes para la Iglesia. Algunos nacieron para compartir un propósito apostólico, caritativo o de culto, o para apoyar el testimonio cristiano en entornos sociales específicos. Otros, sin embargo, surgieron de una inspiración carismática, un carisma inicial que dio vida a un movimiento, una nueva forma de espiritualidad y evangelización.
En el deseo de asociarse, que dio origen al primer tipo de agregaciones, encontramos una característica esencial: ¡nadie es cristiano solo! La vida cristiana no se vive aisladamente, como si fuera una aventura intelectual o sentimental, confinada en nuestra mente y corazón.
Están las realidades que nacen de un carisma: el carisma de un fundador o de un grupo de iniciadores, o el carisma que se inspira en el de un instituto religioso. Sin carismas, se corre el riesgo de que la gracia de Cristo, ofrecida en abundancia, no encuentre la tierra fértil para recibirla. Por eso Dios suscita carismas, para que despierten en los corazones el deseo de encontrar a Cristo, la sed de la vida divina que Él nos ofrece; en una palabra, ¡la gracia! Con esto quiero reiterar, siguiendo el ejemplo de mis predecesores y el Magisterio de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Vaticano II, que los dones jerárquicos y los carismáticos «son consustanciales a la constitución divina de la Iglesia fundada por Jesús»
Gracias a los carismas que dieron origen a sus movimientos y comunidades, muchas personas se han acercado a Cristo, han redescubierto la esperanza en la vida, han descubierto la maternidad de la Iglesia y desean ser ayudadas a crecer en la fe, en la vida comunitaria, en las obras de caridad, y a llevar a los demás, a través de la evangelización, el don recibido.
Ustedes también han vivido este camino. Del encuentro con el Señor, de la nueva vida que ha invadido sus corazones, nació el deseo de darlo a conocer. Y han involucrado a muchas personas, dedicando mucho tiempo, entusiasmo y energía a dar a conocer el Evangelio en los lugares más remotos, en los entornos más difíciles, soportando dificultades y fracasos. Mantengan siempre vivo este impulso misionero entre ustedes: los movimientos también hoy tienen un papel fundamental en la evangelización. Entre ustedes hay personas generosas, bien preparadas y con experiencia en el terreno. Este es un legado que debemos fructificar, atentos a la realidad actual y a sus nuevos desafíos.
Pongan sus talentos al servicio de la misión, tanto en los lugares de primera evangelización como en las parroquias y estructuras eclesiales locales, para llegar a muchos que están lejos y que, a veces sin saberlo, esperan la Palabra de vida.
¡Mantengan siempre al Señor Jesús en el centro! Esto es esencial, y los carismas mismos sirven para este propósito. El carisma es funcional al encuentro con Cristo, al crecimiento y la maduración humana y espiritual de las personas, y a la edificación de la Iglesia. En este sentido, todos estamos llamados a imitar a Cristo, quien se despojó de sí mismo para enriquecernos (cf. Flp 2,7). Así, quien persigue un propósito apostólico con otros o quien es portador de un carisma está llamado a enriquecer a los demás, despojándose de sí mismo. Y esto es fuente de libertad y de gran alegría.
Fuente e información completa en https://es.zenit.org/2025/06/06/como-movimientos-y-nuevas-realidades-eclesiales-pueden-ayudar-al-papa-leon-da-una-respuesta-y-explica-relacion-carisma-y-gracia/?eti=24880