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«A todos los presentes en la plaza de San Pedro y conectados a través de los medios de comunicación. Me dirijo en primer lugar a los representantes de diversas asociaciones católicas comprometidas con la solidaridad con la población de la Franja de Gaza. Queridos hermanos, aprecio vuestra iniciativa y muchas otras que en toda la Iglesia expresan cercanía a los hermanos y hermanas que sufren en esa tierra martirizada. Con vosotros y con los pastores de las Iglesias en Tierra Santa, repito, no hay futuro basado en la violencia. Sobre el exilio más duro, no hay futuro basado en la venganza. Los pueblos necesitan paz. Quien los ama de verdad trabaja por la paz».