Una preciosa historia del siglo IV cuenta que uno de los primeros monjes, de Alejandría, fundador de un hospital, habló a una mujer cristiana de la época de las esmeraldas y jacintos que le trajo un mercader. La mujer, enamorada de las joyas, le pagó para tenerlas y ante la tardanza del monje en recibirlas, se las exigió. El monje le invitó a verlas y se fueron al hospital. Le mostró el ala del hospital donde estaban las mujeres, sus esmeraldas… A la pregunta de si deseaba ver los «jacintos», la mujer comprendió de lo que se trataba. Desde aquel día abandonó toda la vida que llevaba antes y dedicó su vida a cuidar de esas esmeraldas y jacintos.
Así comenzó Mons. Martínez y Mª José Tuñón, Arzobispo de Granada, su alocución de clausura de la exposición sobre carismas religiosos en la Iglesia de Andalucía el pasado día 15 de marzo.